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Benedictino inglés que se llamaba Juan Morvina. Era de Gales, de familia protestante, pero se convirtió al catolicismo y se refugio en el Colegio inglés e Valladolid. Entró luego en el monasterio de la misma ciudad y, hecha la formación teológica en Salamanca, fue designado como misionero en su patria, en momento de cruel persecución contra los católicos, y con el fin de atender a los católicos desde la clandestinidad.
Hasta seis veces fue detenido y se libró casi milagrosamente de la muerte, hasta la última en 1610, en la que fue decapitado y descuartizado en la cárcel.
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